martes, 22 de octubre de 2019

El Principe ceniciento


El  príncipe  Ceniciento  no  parecía  un  príncipe,  porque  era bajito, pecoso, sucio y delgado. Tenía tres hermanos grandullones y  peludos  que  siempre  se  burlaban  de  él.  Estaban  siempre  en  la Disco Palacio con  unas  princesas  que eran sus novias. Y  el pobre Príncipe  Ceniciento  siempre  en  casa,  limpia  que  te    limpia  lo  que ellos ensuciaban.

- ¡Si  pudiera  ser  fuerte  y  peludo  como  mis  hermanos! – pensaba junto al fuego, cansado de trabajar.

El  sábado  por  la  noche,  mientras  lavaba  calcetines,  un  hada cochambrosa cayó por la chimenea.

- Se cumplirán todos tus deseos- dijo el hada.

- Zis  Zis  Bum,  Bic,  Bac  Boche,  esta  lata vacía  será  un  coche. ¡Bif,  baf  bom,  bo  bo  bas,  a la discoteca irás!

- ¡Esto no  marcha! – dijo  el  hada. Había creado   un   coche   de   juguete   diminuto,   y   el príncipe no se había movido de la cocina...

- ¡Dedo  de  rata  y  ojo  de  tritón  salvaje,  que tus  harapos  se  conviertan  en  un  traje! – grito  el  hada,  pero  solo consiguió un ridículo bañador de rayas para el príncipe.

- Bueno ...ahora  cumpliré  tu  deseo  más  importante.  ¡Serás fuerte y peludo a tope!
Y  vaya  si  era  un  Ceniciento  grande  y  peludo:  ¡se  había convertido en un mono!
- ¡Jolines!
– dijo el hada
-. Ha vuelto a fallar, pero estoy segura de que a medianoche se romperá el hechizo ...
Poco  se  imaginaba  el  Príncipe  Ceniciento  que  era  un  mono
grande y peludo por culpa de aquel error. ¡Él se veía tan guapo! Y
así fue corriendo a la discoteca.
El  coche  era  muy  pequeño,  pero  supo sacarle provecho. Pero al llegar a aquella disco de  príncipes,  ¡era  tan  grande  que  no  pasaba por  la  puerta!  Y  decidió  volver  a  casa  en autobús. En la parada había una princesa muy guapa.
- ¿A  qué  hora  pasa  el  autobús?
– gruñó, asustando a la princesa.
Por  suerte,  dieron  las  doce  y  el  Príncipe  Ceniciento  volvió  a
ser   como   antes.   La   princesa   creyó   que   la   había   salvado
ahuyentando a aquel mono peludo - ¡Espera!
- gritó ella, pero el Príncipe Ceniciento era tan tímido que ya había echado a correr. ¡Hasta perdió los pantalones!
Aquel la   Princesa   resultó   ser   la   rica   y   hermosa   Princesa
Lindapasta. Dictó un a orden para  encontrar al propietario  de los pantalones.  Príncipes  de  lejanas tierras  intentaron  ponérselos, pero  los  pantalones  se  retorcían  y  nadie  lo  conseguía.  Como  era 10
Preguntas clave:
¿Normalmente leemos cuentos como este?
¿Cómo son los cuentos tradicionales? de esperar, los hermanos del Príncipe Ceniciento se peleaban por probárselos
­  Que  se  los  pruebe  él, - ordenó  la  princesa,  señalando  al Príncipe Ceniciento - Este   mequetrefe  no  podrá  ponérselos
- se  burlaron  sus
- Este   mequetrefe  no  podrá  ponérselos
- se  burlaron  sus hermanos...  ¡
pero  lo  consiguió!  La  Princesa  Lindapasta  se  le declaró  al  punto.
El  Príncipe  Ceniciento  se  casó  con  la  Princesa Lindapasta y fueron ricos y felices por siempre jamás.
La  Princesa  Lindapasta  habló  con  el hada   de   los   tres   peludo ...   y   ésta   los convirtió    en    hadas    domésticas.    Y    en adelante,  les  tocó  hacer las  labores  de  la casa, por siempre jamás.
Autora: Babette Cole.

Actividad
1. Una vez leído el cuento, expresa en tu cuaderno ideas que les sugiere el cuento y una moraleja.
2. Redactar un cuento con tema libre que fomente la igualdad de oportunidades y evite los estereotipos de género.

Fuente:
https://www.iimas.unam.mx/EquidadGenero/papers/GUIA_DE_ACTIVIDADES_DE_IGUALDAD.pdf

Armando

Autor y Editor

Ingeniero de Sistemas, Esp. en Seguridad Informatica, Programador, Webmaster, experto en mantenimiento de Computadores, apasionado por el software libre. En mis ratos libre me gusta jugar baloncesto y dialogar con la gente.

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